Si Eva hubiera escrito el Génesis
¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera puesto algunos puntos sobre las ies
quizás, digo yo, no sé
hubiera aclarado que ella no nació de ninguna costilla
que no conoció a ninguna serpiente
que no ofreció nunca ninguna manzana a nadie
y que nadie le dijo "parirás con dolor y tu marido te dominará"
y que todo eso, diría Eva, no son más que calumnias
que Adán contó a la prensa.

E. Galeano

martes, 15 de marzo de 2011

EL 8 DE MARZO, CIEN AÑOS DESPUÉS

por Tula

Llegó marzo otra vez, y con él llegó nuevamente el Día internacional de las Mujeres Trabajadoras, fecha que en este 2011 tiene unos matices particulares: se cumplen cien años desde su primera conmemoración.

Las mujeres que en 1911, por primera vez, celebraron el 8 de marzo como día de lucha, eran trabajadoras, socialistas e internacionalistas, y reclamaban una legislación social y laboral que humanizara las condiciones de trabajo, que garantizara un igual salario, entre hombres y mujeres, por igual trabajo, y que pusiera un freno a la explotación del trabajo no sólo de las mujeres, sino también de niñas y niños.

¿Por qué se hizo necesario establecer un día propio de las mujeres trabajadoras? ¿Por qué estas luchas no “cabían” dentro de las reivindicaciones laborales del Primero de Mayo, día internacional de los trabajadores (que ya se venía conmemorando internacionalmente desde 1890)?

No cabían porque la situación de explotación que estaban enfrentando las mujeres con el desarrollo de las grandes industrias era peor respecto a las ya terribles condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores hombres: el trabajo de las mujeres, cuando igual en cantidad y calidad a el de los hombres, era retribuido menos. A las mujeres, además, al terminar su jornada laboral de 14 o 16 horas en la fábrica o en el taller, les tocaban también (ayer como hoy) las labores del hogar, es decir otro turno más de trabajo (y no retribuído).

El Primero de Mayo le quedaba (y le queda) pequeño a las trabajadoras porque el capitalismo no era el único culpable: se había sentado comodamente encima de un sistema de opresión que ya existía y que discriminaba y sometía a las mujeres, a lo femenino, a lo diferente. En este sentido, el capitalismo se vió servir en bandeja de plata a toda una franja de la población que ya estaba excluida del sistema de poder, y sacó su provecho. ¿El resultado? Una doble explotación de la mujer trabajadora: por su clase social, y por ser mujer.

¿De quién era la mano que llevaba esa bandeja de plata? ¿Quién le hizo ese gran favor al capitalismo?
El responsable fue lo que se conoce como “patriarcado” (es decir “gobierno de los padres”), un tatarabuelo que parece tener más de 5000 años de existencia. Al inicio era un tipo de organización social “familiar”, en la cual la autoridad era ejercida por el hombre como jefe de familia y dueño de todo su patrimonio, que incluía: los bienes, los hijos, la esposa y los esclavos. Con el pasar del tiempo el patriarcado amplió su dominio sobre todas las mujeres de la sociedad en general, imponiendose y reproduciendose a través de prácticas culturales machistas y a través del control de instituciones como la escuela, la iglesia, los medios de comunicación. Gracias a eso, el patriarcado se arraigó tanto hasta volverse invisible. Nos hemos acostumbrado tanto a su sistema hasta pensar que es “natural”: es considerado “natural”, por ejemplo, que sea sólo la mujer a ocuparse de las tareas del hogar y de la crianza de sus hijas e hijos (¡como si lleváramos un manual de cocina, lavado y planchado en el ADN!). El patriarcado encasilló a mujeres y hombres en roles rígidos (aprisionando también a los hombres) sin embargo, impuso además una gerarquía y una diferencia de poder entre los unos y las otras (y la cuestión no es invertir esta gerarquía entre los géneros, sino acabar con ella).

Hasta el momento, hemos hablado utilizando el tiempo pasado, pero en muchos casos deberíamos decir: ayer igual que hoy. El patriarcado sigue con vida. Es cierto que en estos cien años, la lucha para los derechos laborales, políticos y económicos de las mujeres ha alcanzado algunos logros. Sin embargo, todavía nos falta muchísimo (y en varios lugares del mundo hay hasta una regresión en lo que se había conquistado).
Si estamos queriendo construir una sociedad más justa, donde no haya opresión ni explotación, el 8 de Marzo viene una vez más a recordarnos que el capitalismo no es el unico obstáculo a enfrentar, y que la lucha contra el patriarcado no puede ser secundaria: el capitalismo y el imperialismo se apoyan en él.
El 10 de marzo, bajo la consigna “Trabajadoras somos todas – 8 de marzo combativo y popular”, muchas mujeres de varios movimientos populares, colectivos y organizaciones* que apuestan a la construcción de un socialismo feminista, marcharon desde la Plaza Morelos hasta la Asamblea Nacional, donde, retomando el Día Internacional de las Trabajadoras como día de reclamo en materia legislativa social y laboral, presentaron una serie de propuestas, entre las cuales:
Dar carácter de urgencia a la discusión de la ley de trabajo y las leyes del seguridad social que vendrian a hacer realidad revindicaciones plasmadas en nuestra constitución, como los es el reconocimiento que hace el artículo 88 de trabajo del hogar como “actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social”.
Ampliar el periódo pos-natal a sies meses, tanto a las madres como a los padres y otros (as) cuidadores(as). Que se creen los mecanismos para que las trabajadoras no remuneradas pueden tambien acceder a este benificio.
Protección y estimulo mediante normativas laborales a la lactancia materna, entendiendo que el dar teta es un asunto de soberania alimentaria.
Promoción de régimenes laborales que garanticen la armonización de los tiempos de trabajo y los tiempos familiares, reconociendo así que el tiempo que se dedica al cuidado y a la familia es un tiempo que produce riqueza y bienestar.
Garantizar la paridad de género en los cargos directivos y de toma de decisiones.
Seguridad social para las trabajadoras del hogar remuneradas o no, las cuidadoras remuneradas o no, las campesinas, las temporales, las jornaleras, la buhoneras, conserjes, artesanas, artistas, cooperativistas. Seguridad Social Universal para todas y todos.
Implementación de la Mesa Asesora en materia de mujer y sexo género diversidad entre la A Presidencia de la AN y los movimientos de mujeres y feministas.*

Los cambios obviamente no pueden ser sólo a nivel legislativo ¡y un solo día al año nos queda bastante chiquito, frente a tamaña tarea! Las movilizaciones y las actividades se extienden por todo el mes de Marzo, pero la cosa no termina aquí: también en nuestra cotidianidad, día a día, podemos impulsar cambios para construir, entre todas y todos, un mundo más justo: por ejemplo empezando a compartir las labores del hogar y el cuidado de hijas e hijos, para poner un fin a la doble o triple jornada de trabajo de la mujer, que le impide una mayor participación política y social. Porque o es revolución todos los días y en todos los ámbitos, o no lo es nunca.






*Corriente Revolucionaria Bolivar y Zamora-Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, Red de Colectivos Feministas La Araña Feminista, Movimiento de Pobladores y Pobladoras, Alianza Sexo-Genero Diversa y Revolucionaria, Frente Bicentenario de Mujeres 200, Frente de Mujeres Socialistas Manuela Saenz, Frente Nacional Comunal Simón Bolivar-Vargas, Voces Anti-Imperialistas