Si Eva hubiera escrito el Génesis
¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera puesto algunos puntos sobre las ies
quizás, digo yo, no sé
hubiera aclarado que ella no nació de ninguna costilla
que no conoció a ninguna serpiente
que no ofreció nunca ninguna manzana a nadie
y que nadie le dijo "parirás con dolor y tu marido te dominará"
y que todo eso, diría Eva, no son más que calumnias
que Adán contó a la prensa.

E. Galeano

lunes, 26 de abril de 2010

NO LE PEGUE A LA NEGRA (NI LA MATE)

¡No más violencia contra las mujeres!

por El Cuarto de Tula

Nos topamos con demasiada frecuencia en los diarios con noticias de asesinatos de mujeres. Raras veces adquieren una relevancia especial, cuando se trata de personajes públicos, como en el caso del reciente asesinato de Jennifer Carolina Viera a manos de su pareja, el púgil “Inca” Valero. Sin embargo, todos éstos casos reciben por parte de los medios de comunicación el mismo trato: tachados de “crímenes pasionales”, justificados “él estaba enfermo/borracho/celoso”. Y la aberración va más allá: un macabro acto de prestidigitación consigue invertir los roles : el culpable (el asesino) se transforma en víctima y la víctima (la mujer asesinada) en culpable (“ella había retirado la denuncia”, “ella se lo aguantaba”).
Habría que hablar sobre la responsabilidad de los medios de comunicación en la reproducción de la cultura sexista, que discrimina a las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres, que las pone en una posición inferior respecto a los hombres. Habría que hablar sobre el sistema patriarcal, en el cuál vivimos desde hace unos seis mil años, nada menos, y al cual estamos tan acostumbrados que no nos damos ni cuenta. El mismo sistema que pone las mujeres al servicio del hombre, que establece que las tareas del hogar son oficio de ellas (en los mejores de los casos, él “ayuda”) y que las discrimina en el trabajo. Y que las discrimina en la vida, en general. Pero estas reflexiones irían para largo, y no van a caber todas, hoy, en esta pequeña columna. Vamos entonces a concentrarnos sobre el tema de los feminicidios, es decir los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujer.
Porque de esto se trata: mujeres asesinadas a causa de su situación de inferioridad hacia el hombre, consideradas como “su propiedad”. Y uno con “sus cosas” hace lo que se le dé la gana. No se trata de “crímenes pasionales”. Aquí el amor y la pasión no caben por ningún lado: lo que sí cabe son las relaciones de poder que se establecen en la pareja, en que el hombre se vuelve el amo al cuál la mujer tiene que obedecer. De hecho, entre las bonitas y amorosas frases que los hombres golpeadores les dicen a sus mujeres se destaca esta joya: “si tú me obedeciera yo no tendría que pegarte”. Obedecer implica una jerarquía: hay alguien que “pesa más” y da órdenes, y alguien más abajo que tiene que obedecer.
Tachando estos feminicidios de “crímenes pasionales” también estamos lavándonos las manos peor que Poncio Pilatos: (supuestamente) se trata de algo privado, de la pareja, no te metas. Entre mujer y marido no tomes partido ni pongas el dedo. ¿Y será realmente algo privado, si el 70% de los asesinatos de mujeres en el mundo son por mano de su pareja? Y a denunciarlo no es ningún colectivo feminista (de esas “brujas que odian a los hombres y se quieren imponer sobre ellos”) se trata de datos de la Organización Mundial de la Salud.
Hay que reconocer que estos asesinatos de mujeres son casos de violencia sexista, nacidos, crecidos y alimentados por la cultura patriarcal que sigue dominando en el mundo. Hay que revisarse y reconocer cuáles son las responsabilidades de cada uno y de las comunidades y de la sociedad y de los medios y de las instituciones. Todos somos responsables, todos estamos involucrados y de todos depende el cambio.
Aquí en Venezuela, se ha logrado un gran avance, desde el punto de vista legal, como es la Ley Orgánica Sobre el Derecho de La Mujer a una Vida Libre de Violencia. Ahora es necesario que lo que está en el papel se haga realidad. Es necesario un cambio cultural, y eso no se decreta por ley: se construye entre todos, a diario.