Si Eva hubiera escrito el Génesis
¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera puesto algunos puntos sobre las ies
quizás, digo yo, no sé
hubiera aclarado que ella no nació de ninguna costilla
que no conoció a ninguna serpiente
que no ofreció nunca ninguna manzana a nadie
y que nadie le dijo "parirás con dolor y tu marido te dominará"
y que todo eso, diría Eva, no son más que calumnias
que Adán contó a la prensa.

E. Galeano

viernes, 22 de octubre de 2010

LAS MANOS PELUDAS DE CARACAS

por EL CUARTO DE TULA


Un lugar cualquiera de Caracas. Una mujer camina por la calle, rumbo a su casa. Son las dos de la tarde, las diligencias necesarias no le han permitido almorzar todavía, pero anda concentrada en sus preocupaciones, pensando en todo lo que le queda por hacer antes que se termine (demasiado rápidamente) el día.
Pero, de pronto, algo la saca abruptamente de sus reflexiones: ¡PAAAH! ¡Un manotazo en la nalga!
La mujer se reincorpora del asombro, ve las espaldas de dos hombres encima de una moto y es cuestión de fracciones de segundos: no hay duda que fue el pasajero de la moto quien lanzó ese manotazo, el mismo además lo confirma al darse vuelta con mirada pícara. Es automático el improperio de protesta que sale de la voz enojada y rabiosa de la mujer: “¡¡# @&*‼”. La moto se va, un vecino mira en silencio la escena.
Rabia. Impotencia. La mujer comentará a sus amigas y amigos lo que le ha pasado, para luego enterarse de que eso “es muy común”, “una amiga me contó lo mismo”, “a mí también me pasó y me dio mucha, pero mucha rabia”, “cuando tenía 11 años me pasó algo parecido y me quedé muy asustada, pero no se lo quise contar a nadie porque me daba pena y miedo al mismo tiempo”. La rabia y la impotencia crecen.

A ti que lees estas líneas:
• ¿Te pusiste a reír? ¿Piensas que es una tontería, que fue “sólo un manotazo”? El cuerpo de una mujer no es un objeto sexual que está a disposición de quien quiera tocarlo. Cada mujer tiene el derecho a decidir sobre su cuerpo y su sexualidad, sobre cuando quiere ser tocada o no, y por quién. Cuando no hay consentimiento de la mujer, es violencia sexual, así como lo reconoce la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su art. 15:

Violencia sexual: Es toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital, tales como actos lascivos, actos lascivos violentos, acceso carnal violento o la violación propiamente dicha.

• ¿Te recordaron alguna experiencia parecida, renovándote la arrechera? Está bien, pues la digna rabia es el primer paso para luchar contra todo tipo de atropello, cómo decía el Che: "...y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario." Y de una revolucionaria, agregamos nosotras.

¿Qué hacer?
No seamos testig@s pasiv@s, intervengamos. Hablemos del tema. Si somos mujeres, no nos avergoncemos. Denunciemos. Organicémonos. Si somos hombres, pongámonos en los zapatos de quiénes por ser mujeres, niñas, muchachas, han sido o pueden ser atacadas de esta manera, tocadas sin su voluntad, violadas en su intimidad corpórea. No busquemos soluciones bajo la misma óptica patriarcal, del tipo “a mí mujer/ a mi hija no me la toca nadie”, “vamos a caerle al tipo que hizo eso”. El reto está en construir una sociedad diferente. Démosle, pues.